La casa de Cathy
2011, en este año realice mi primer viaje fuera de mi
país de origen, arribe el 24 de Abril a la ciudad de París y durante las
siguientes 8 semanas recorrí 14 ciudades en 8 países.
Mis expectativas de viaje eran, además de conocer la cultura,
arquitectura y arte saborear las opciones culinarias representativas de cada
ciudad.
Cómo viajera joven no contaba con grandes recursos
así que mis elecciones de alimentación se basaban en que fuera barato, supiera
bien y en que tuviera algo característico de la ciudad en turno.
Probé el mejor helado que había comido hasta ese momento en Venecia, el mejor yogurt y capuchino en Roma, la mejor pizza en Barcelona, muy buenos chocolates en Bélgica y una singular mayonesa en Bruselas pero seguía añorando México con su gran variedad de sabores y estilos.
Transcurrieron las primeras 7 semanas del viaje de esta manera. Pero la octava me traería una sorpresa, organizado de último momento pasamos nuestra última semana en Europa en la casa de Cathy antigua casera de una de mis amigas y compañeras de viaje.
Cathy nos ofreció su hogar para hospedarnos y además nos brindó comida casera, la cual añoré durante todo el viaje, siempre pensé que está sería la mejor manera de conocer la comida de cada ciudad y deseaba que alguien me invitara a cenar a su casa, pero esto no sucedió hasta llegar con Cathy.
La comunicación con Cathy no fue fácil, ella no hablaba español y yo no hablaba francés, pero me gusta pensar que nos comunicamos a través de la comida, sin duda disfrute cada uno de los platillos, que amablemente nos preparó, los disfrute y aprendí mucho de ella, de su forma de vivir y de su forma de cocinar. Su comida me hizo añorar menos a mi país y me hizo sentirme más como en casa.
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